La familia celestial, la realidad de familia terrenal

2 December, 2020

La Familia celestial y su estructura

Desde el principio de los tiempos, las personas han considerado a la familia como la base de su vida y núcleo de la sociedad. Aunque en las familias puede existir pluriculturalidad y multiplicidad de tradiciones, se acepta universalmente que una familia convencional está formada por un padre, una madre y sus hijos. El hecho de que el sistema familiar terrenal se conforme de un padre, una madre e hijos no es arbitrario, sino que es el resultado del minucioso plan de Dios para mostrarnos la existencia de la familia celestial.

Origen del sistema familiar

Hebreos 8:5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, […]

Para que comprendamos el santuario celestial que no podemos ver, Dios habló a Moisés y le pidió que construyera el santuario terrenal como una figura y sombra del celestial. También podemos aplicar el mismo principio de “figura y sombra” al sistema familiar. Para enseñarnos sobre el sistema familiar celestial, Dios creó el sistema familiar terrenal como figura y sombra del sistema familiar celestial.

En resumen, el modelo del sistema familiar se originó en el cielo, y podemos ver que ese mismo patrón se repite en esta tierra como el diseño predeterminado para las familias terrenales.

Con estos puntos en mente, podemos estar seguros de que cada uno de los miembros del sistema familiar terrenal se pueden encontrar en el sistema familiar celestial. Podemos confirmar este hecho a través de la Biblia. Entre los miembros de la familia, pensemos primero en el padre.

Dios Padre

Hebreos 12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

El escritor de Hebreos enfatiza que todos los seres humanos tienen padres biológicos, lo cual ilustra el hecho de que los padres son representaciones del Padre de nuestros espíritus. Sabemos que nuestros padres biológicos habitan en esta tierra. ¿Dónde, entonces, está el Padre de nuestros espíritus? Él debe de estar en el cielo.

Mateo 6:9-10 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Todos los cristianos están familiarizados con esta oración. Además de hacerles saber a sus discípulos por qué orar, les hizo saber cómo dirigirse a Dios. Jesús pudo haberles enseñado a orar a Dios como Señor o Maestro, pero no lo hizo. En cambio, les dijo que lo llamaran Padre; es por eso que la oración se titula “Padre nuestro”.

Considerando esto, podemos entender que el Padre de nuestros espíritus es Dios Padre, quien está en el cielo. Así como tenemos padres biológicos en el sistema familiar terrenal, tenemos un Padre celestial en el sistema familiar celestial.

El título “padre” implica que un hombre tiene hijos. Independientemente de la edad que tenga un hombre, si no tiene hijos, nunca podrá ser llamado padre. De la misma manera, si Dios Padre no tuviera hijos, no podríamos referirnos a Él como “Padre”.

Hijos de Dios

En la familia terrenal, que es figura de la familia celestial, también hay hijos. Los hijos de un padre se distinguen como hijos e hijas. Esto significa que también hay hijos e hijas en la familia celestial.

2 Corintios 6:18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

Nuestro Padre Celestial nos reconoce como sus hijos e hijas. A través de este versículo, podemos darnos cuenta de que somos hijos celestiales. Así como la familia terrenal está compuesta por un padre y sus hijos, la familia celestial está compuesta por el Padre Celestial y sus hijos.

En la tierra, los hijos de un mismo padre se llaman hermano y hermana. De la misma manera, nosotros, que somos hijos de Dios Padre, somos llamados hermanos y hermanas celestiales.

En esta tierra, es natural saber que para que un hombre se convierta en padre, debe haber también una mujer, una madre, que dé a luz a sus hijos. Sin madre, no puede haber hijos ni tampoco puede haber padre.

Dios Madre

Hay una razón clara por la que Dios enseñó a sus discípulos a llamarlo Padre. El título paterno “Padre” se usó porque sin duda hay una existencia materna diferente a Dios Padre. La Biblia muestra claramente que también existe Dios Madre.

Gálatas 4:26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

En éste versículo, la expresión “nosotros” se refiere a los hijos e hijas de Dios y miembros de la familia celestial. Entonces, como hijos de la familia celestial, ¿Quién es la Jerusalén de arriba y cuál es la relación que tenemos con ella? Ella es nuestra Madre. Ella es la Madre de nuestros espíritus.

Así como no podemos existir físicamente sin nuestras madres biológicas, nuestro espíritu no puede tener vida espiritual sin Dios Madre. Como principal dadora de la vida, el papel de la madre en una familia es extremadamente importante. El papel de nuestras madres físicas es un muy claro ejemplo del papel de nuestra Madre espiritual. La simpatía, la dedicación y el sacrificio de una madre por sus hijos se derivan de Dios Madre.

La familia relacionada por la sangre

Dios Padre, Dios Madre y sus hijos e hijas; esta es la familia celestial y el modelo de todas las familias de esta tierra.

Todos los padres y sus hijos están relacionados a través de un vínculo sanguíneo. Esta es la manera absoluta de probar quiénes son los padres naturales de alguien en la tierra, lo cual refleja cómo los hijos celestiales pueden probar que son los hijos e hijas del Padre y la Madre celestiales. A través de su sangre, los padres dan vida a sus hijos. De la misma manera, a través de su sangre, Dios Padre y Dios Madre dan vida espiritual a sus hijos.

Juan 6:53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

Lucas 22:14-15, 20 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! […]

La sangre mencionada anteriormente es la sangre de Dios contenida en el vino de la Pascua. Cuando Jesús pronunció las palabras: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”, nos prometió su sangre a través del vino de la Pascua para que cuando la bebamos, podamos heredar la sangre de los Padres celestiales.

La Pascua es la prueba sanguínea espiritual que revela nuestra identidad como hijos de Dios. Una vez que celebramos la Pascua, recibiendo la sangre de Dios, podemos llamar a Dios, Padre nuestro y Madre nuestra. La Pascua testifica que somos miembros de la familia celestial.

La Iglesia de Dios es la única iglesia que celebra la Pascua del nuevo pacto en el mundo entero. Por medio de la Pascua del nuevo pacto, espero que hereden la carne y la sangre de Dios, busquen al Padre Celestial y a la Madre Celestial y lleguen a ser hijos de la familia celestial.